El objetivo de una sesión de Tarot Terapéutico es sintonizar a la persona que consulta con su esencia y ayudarle a resolver patrones de conducta y bloqueos, identificando su origen y proponiendo vías de solución; aunque como en todo método o herramienta terapéutica, es la persona quien decide cuándo y cómo quiere curarse. El Tarot Terapéutico nos invita a tomar conciencia de todo aquello que supone un freno a nuestra evolución, nos abre los ojos y nos ofrece herramientas para poder quitar de nuestro camino las piedras que nosotros mismos hemos ido poniendo. Sobre todo nos coloca en una posición de responsabilidad ante y con nosotros mismos, por eso el proceso de interpretación está más cerca de las posibilidades de intercambio de ideas que sobre la aplicación de significados.
El Tarot utilizado de forma terapéutica se convierte en una lente maravillosa a través de la cual podemos ver lo que ES. Cuando reconocemos lo que es, podemos ver las opciones con mayor claridad sabiendo que podemos elegir cualquiera de ellas. Eso es liberador; no somos víctimas más que en nuestros pensamientos acerca de lo que nuestras experiencias pasadas o presentes han sido. Cuando la persona que consulta se encuentra bien dispuesta y es capaz de articular y relacionar lo que ve en las cartas con sus experiencias, es posible explorar los mecanismos de cómo llegó a la situación por la que consulta, cómo puede consolidar su proceso y cómo puede desarrollar su nueva vida. En cierto modo lo que el consultante experimenta a través de la lectura del Tarot no resulta tan extraño dado que, después de todo, ya ha pensado en ello muchas veces antes de decidirse a efectuar la consulta; aunque seguramente le faltó valor para cambiar de conducta o no podía ver claramente lo que podía hacer para que funcionara su nueva realidad. Puede que durante la lectura se comente algo que active nuevas posibilidades, aunque esas posibilidades ya estuvieran latentes, esperando a emerger a la superficie de la conciencia. Puede ser, incluso, que la consultante vea con extrañeza el desarrollo de la sesión; pero esa misma extrañeza permite que afloren nuevas posibilidades. Generalmente, además, los consultantes no suelen explayarse al principio en sus comentarios sobre la situación así que del tarólogo depende poder articular y dar sentido a lo que está sucediendo en su vida. Mary K. Greer, autora entre otros libros de Complete Book of Tarot Reversals, afirma que el viejo estilo de lecturas del Tarot es pasivo y está condenado al fracaso. Cuando se encuentra con un cliente que solo espera que el Tarot le dicte lo que debe hacer, si ella no consigue convencerle de la inutilidad de ese enfoque, entonces da por acabada la lectura. En cierto sentido lo que hace el Tarot Terapéutico es encontrar un camino para validar y hacer consciente lo que el consultante ya sabe. Por eso mismo un tarólogo debe trabajar para producir una transformación dentro de sí mismo para, posteriormente, ayudar a sus consultantes. En una lectura de Tarot Terapéutico la consultante tiene la oportunidad de elevarse por encima de la situación, de ver la vida desde una nueva perspectiva. El desarrollo de una sesión representa un impasse en el tiempo que refleja la relación del consultante con la vida en ese momento. Tras la consulta la vida se reinicia, tal vez en una nueva dirección, una nueva determinación o nuevas metas por alcanzar. (del libro Convertirse en Uno Mismo)
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![]() Para poder utilizar el Tarot en los procesos de Coaching es necesario que el típico tarotista se reconvierta y deje de predecir el futuro, dar consignas y consejos y se desprenda de su condición de gurú para pasar a ser simplemente un acompañante del cambio que desean sus consultantes, y debe también aprender las técnicas propias del Coaching para poder luego adaptar su conocimiento del Tarot al trabajo específico de acompañamiento. Sobre todo si quiere dedicarse al Coaching ofreciendo sus habilidades con el Tarot primeramente tiene que cambiar la propia visión que tiene de él. A partir del momento en que decida utilizar ambas especialidades tendrá que aprender a escuchar más que a hablar y a dejar, en la mayor parte de ocasiones, que sean sus clientes quienes le den un significado a los arcanos y que la interpretación se ciña a unas premisas específicas en las que no cabe: · Predecir el futuro · Dar consejos, y menos si no nos los piden. · Obstinarse en tener razón · Colocarse en un nivel superior a su consultante · Demostrar cuanto sabe sobre los significados · Dirigir el destino de las personas · Influir sobre las decisiones de los clientes · Utilizar un lenguaje esotérico y oportunista · Proyectar en el cliente sus valores y creencias · Mostrar aptitudes de vidente Con el Tarot pasa un poco lo mismo que con el Coaching, cada uno tiene su sistema, que suele ser el mejor; pero no nos engañemos el propio Tarot insta a utilizarlo de formas muy variadas aunque sin perder su esencia. En este post he intentado no perder de vista esa premisa y por ello no propongo ningún sistema sino que propugno la más absoluta de las variaciones. El Tarot puede enriquecer enormemente el trabajo realizado con el Coaching, pero para ello necesitamos realizar un reciclaje efectivo que lleve a los tarotistas a convertiste en tarólogos y a estudiar los métodos del Coaching y a los profesionales de este proceso a entender mejor la virtudes del Tarot para poder utilizarlo con garantías. Los Arcanos del Tarot nos muestran cualidades positivas y negativas. En este post he creido interesante resumir aquellos aspectos de los arcanos que podríamos denominar La Sombra del Arcano y que se relacionan con aquellos temas que nuestro inconsciente mantiene ocultos y que aparecen en ocasiones para equilibrar la parte luminosa que el ego desea mostrar a los demás. Son estos:El Loco:
No escuchar la voz interior Temor del futuro Permanecer psicológicamente estancado Ser demasiado ‘naive’ y permitir que otros se aprovechen Rehusarse a probar cosas nuevas Rigidez El Mago: No aplicar los esfuerzos y energía en la dirección correcta Mente dispersa Carecer de concentración o no concentrarse en el verdadero problema Pesimismo Utilizar engaños para alcanzar metas No ser directo Abuso de poder para el beneficio personal Comenzar demasiados proyectos a la vez y no poder terminar ninguno por falta de motivación La Sacerdotisa: Ser demasiado literal o intelectual Incapacidad de confiar en la intuición Superficialidad No estar dispuesto a explorar el inconsciente Incapacidad de aceptar la parte femenina/masculina Vivir atado a la naturaleza intuitiva y tener dificultades en la vida real Odio hacia las mujeres Rechazo de todo lo esotérico La Emperatriz: Ser controladora El arquetipo de la madrastra malvada Concentrar la propia energía en los demás, y descuidarse a uno mismo Asfixiar a los demás con un amor que sofoca la individualidad Incapacidad de superar las relaciones pasadas Ser extremadamente ‘necesitado’, en lo que a las emociones respecta Rigidez mental, no aceptar otros puntos de vista Aferrarse a los dramas del pasado Destruir en lugar de crear Aferrarse a situaciones destructivas o improductivas El Emperador: Sentirse desilusionado de la vida Carecer del sentido de aventura Intelecto sin imaginación Controlar a los demás con agresividad Depender de otros para controlar el propio comportamiento Dificultad para tomar decisiones Confundir autoridad con dominación Enfurecerse cuando alguien no está de acuerdo con nosotros Poco o nulo autocontrol Figura paterna controladora Inmadurez, terquedad El Hierofante: Intolerancia hacia otros cuyas creencias difieren de las nuestras Estar atascado en la retórica de un grupo Adoptar principios sin analizarlos Seguir las reglas ciegamente, sin considerar las consecuencias Fe ciega y dogmatismo Ir en contra de tus principios para obtener aceptación Corrupción espiritual; reprimir los propios (o los ajenos) valores espirituales Hostilidad hacia el orden establecido El Enamorado: Incapacidad de tomar una decisión, confiar en el amor o arriesgarse a perder el control Sentirse perdido, sin una guía por valerse sólo del intelecto Elegir la irresponsabilidad Sentirse desbalanceado Infidelidad Incapacidad de abrirse en una relación Dificultad para reconocer aspectos en conflicto de la propia personalidad Resistencia a los cambios que puedan producir la integración de fuerzas en conflicto El Carro: No entender o no poder controlar los opuestos interiores Ego excesivo Autocontrol basado en la negación Fortaleza y autoridad que provienen de las circunstancias actuales y no del interior Conflictos internos y con los demás Luchas que parecen no tener propósito Falta de metas claras Necesidad de controlar a los demás Rigidez de pensamiento La Justicia: Preocuparse demasiado por la imparcialidad de la situación Incapacidad de lidiar con las consecuencias de nuestras acciones Apresurarse a tomar una decisión sin considerar todos los factores Falta de balance en la vida Necesidad de una mente balanceada Usar sólo la mente lógica para tomar decisiones Ser completamente ilógico Punto de vista basado en el “todo o nada” El Ermitaño: Miedo al aislamiento y al aburrimiento Temor a estar solos con nuestros pensamientos y sentimientos Realizar actividades que no tienen importancia o tratar de darle importancia a aquello que no la tiene Dependencia de un consejero psíquico, tarotista o astrólogo Dependencia de un gurú o guía espiritual Aislarse del mundo Huir de los problemas personales Incapacidad de aceptar la vejez o la muerte Impaciencia, depresión o indecisión La Rueda de la Fortuna: Creer que somos víctimas del destino Rehusar el cambio Carencia de perseverancia para terminar tareas Incapacidad de lidiar con las dificultades de la vida No reconocer oportunidades Incapacidad de terminar lo que se empieza Aferrarse al pasado La Fuerza: Falta de coraje o integridad Inseguridad Agresividad Ira, probablemente expresada en abusos de todo tipo Falta de compasión, egoísmo Tendencias violentas Temor a la naturaleza instintiva Negación de la naturaleza animal e instintiva del ser humano Negación del inconsciente El Colgado: Sumergirse en un estado de desesperación cuando las cosas no salen como uno quiere Estancarse en una situación cuando viejas actitudes ya no funcionan Permitir que el orgullo se interponga en el crecimiento personal Incapacidad de considerar un cambio Hacer demasiados sacrificios, sin reclamar una retribución Luchar contra una situación sobre la cual no se tiene control Poner más importancia en la vida exterior que a la interior La Muerte: Bloquear sentimientos de tristeza Permanecer atascado en una situación Miedo de perder lo que ya es viejo Falta de voluntad para avanzar y superar viejos estados de cosas Incapacidad de dejar ir aquello que ya no es útil Vivir en el pasado Inercia Luto que se extiende como modo de evitar seguir adelante Pérdida de oportunidades por no querer cambiar Renegar de la experiencia de dolor emocional La Templanza: Tendencia a sentirse poderoso cuando las cosas van como uno quiere No permitir que las emociones fluyan, explotando en violencia o depresión Humor fluctuante Falta de cooperación Darle demasiado peso a una emoción Ser egocéntrico Ser impaciente Conflictos o peleas en las relaciones El Diablo: Estar encadenado al miedo, los pensamientos o sentimientos Falta de amor propio Estar encadenado a los bienes materiales Estar atado a conductas, ideas, relaciones, situaciones o sentimientos negativos Tener un problema con el poder: Ser controlador o ser controlado Permitir que nos conviertan en víctimas Ser demasiado serio La ambición se convierte en codicia o necesidad de poder Sexualidad reprimida La Torre: Tener falsas filosofías o viejas metas que no nos permitan aprovechar nuevas oportunidades Construir una fortaleza de falsa seguridad a nuestro alrededor Falta de perspectiva Evitar el cambio Mostrar una imagen falsa de nosotros mismos a los demás Buscar la permanencia de aquellas cosas que sí o sí cambian y se transforman Sentirse derrotado cuando las circunstancias cambian, no saber aprovechar ese cambio Liberar sentimientos negativos de manera destructiva La Estrella: Negar la realidad de un problema o situación No reconocer los talentos propios Desesperación Pérdida de la esperanza Baja autoestima Perderse en las esperanzas y los deseos No encontrarle importancia a la vida Falta de confianza en uno mismo La Luna: Dudas o confusión acerca de los sentimientos Dudar entre las experiencias espirituales y la locura El inconsciente en su aspecto incontrolable Locura Cambios repentinos en los sentimientos que generan incomodidad Indecisión y pasividad Incapacidad de reconocer la sensibilidad y la imaginación Resistencia a reconocer la Sombra Depresión, cambios de humor Ser vulnerables a los consejos de los otros, a pesar de que pueden no favorecernos El Sol: Sentirse exhausto, creer que uno sobrevive en lugar de vivir Sentirse abrumado por las responsabilidades Falta de creatividad No escuchar al niño interior No saber experimentar las dichas de la vida Rechazar la idea de que estamos conectados al universo y a todas las personas en él Estár pegado a los pequeños sufrimientos de la vida Mantener secretos que eventualmente nos hacen sufrir Sobrepasar a la gente con nuestra energía y personalidad Ver al Mundo como algo que debemos superar El Juicio: Ser demasiado críticos con nosotros mismos Concentrarse en aquello que se pierde en cada situación No poder ser compasivo o perdonar a los demás y a uno mismo Buscar venganza o retribución divina para aquellos que nos han dañado Estancarse en el odio Incapacidad de ver nuestros errores o defectos Incapacidad de perdonar El Mundo: La vida es lo que sucede mientras estamos demasiado ocupados haciendo planes Perderse la alegría del momento Buscar la felicidad en el exterior en lugar de en nosotros mismos Perseguir metas imposibles Olvidar el esfuerzo que nos tomó llegar hasta este lugar Reprimir recuerdos dolorosos Buscar una perfección que no es alcanzable Incapacidad de reconocer todos los aspectos de la propia personalidad Estancamiento emocional Dormirse en los laureles No hacerse cargo de las decisiones tomadas ![]() Un día leyendo a James Wells, un gran lector de Tarot leí en su blog que a sus clientes siempre les decía, antes de realizar una consulta, qué es lo que hacía en las sesiones y lo que NO hacía para que supieran exactamente a qué atenerse (yo también lo hago) y que además una vez preguntó al Tarot sobre ello. Yo he hecho mi propia consulta y aquí están los resultados: ¿Quién soy yo como consultor del tarot ? XVIII LA LUNA: Como consultor muestro una gran creatividad, imaginación e intuición, fuertes vínculos con el inconsciente, de fuerte inspiración y muy receptivo. Como consultor de tarot, ¿qué hago ? XVI LA TORRE Ayudo a deconstruir el ego, a romper los límites mentales, las creencias limitantes, a que las personas se liberen y contacten con su Dios Interior. Como consultor del tarot, ¿a quien sirvo ? XIII A quien desea realizar cambios en su vida, a desidentificarse de lo que cree que es, a acompañarles en su proceso de transformación. Animo a quien lo desee que se haga estas preguntas y que realice la lectura o se la pida a alguien que sepa. Es un ejercicio muy práctico, inofensivo y que nos ofrece pautas interesantes. Y con este conocimiento tú puedes crear activamente los resultados que deseas.
El tarot actúa como un espejo de la situación que se está tratando y es una herramienta útil de auto-descubrimiento. En las sesiones de consultoría de tarot se utilizan las cartas en meditaciones, visualizaciones y lecturas que profundizan su consulta y proporcionan claridad a las situaciones actuales. Puedes consultar el Tarot y tomar conciencia de un problema o reto, o de algo acerca de tu vida que te está creando malestar, y deseas entender por qué está sucediendo y lo que tú puedes hacer al respecto. Todos buscamos la certeza de que hacemos buenas elecciones, pero el tarot no puede tomar nuestras decisiones por nosotros. El Tarot nos da una idea de la mejor manera de abordar la situación en el momento presente. No ha sido diseñado para responder a las preguntas que piden hechos, respuestas “sí / no”, o dar predicciones exactas sobre el futuro. El Tarot actúa desde la base de que todas las cosas están conectadas y que todo sucede por una razón.Los Arcanos de hecho, son herramientas que se utilizan para reflejar la energía de la situación en cuestión. Ellos proporcionan el conocimiento en muchos niveles, desde el desarrollo personal, a preguntas de la vida práctica. Personalmente me alineo con el pensamiento de Alejandro Jodorowsky quien afirma que los
Arcanos del Tarot conforman la arquitectura del Alma y cada uno de los Arcanos Mayores actúa en el inconsciente como un arquetipo y para poder llegar a conocerlos hay que entrar en ellos, mejor aún dejarse poseer por ellos. Así es sumamente importante que el tarólogo haya trabajado con cada uno de los Arcanos antes de empezar a utilizarlos de manera terapéutica con los demás. Como símil podría decirse que ya que un psicoanalista se tiene que haber psicoanalizado primero antes de psicoanalizar a los demás, un tarólogo debe haberse tarotizado con anterioridad a utilizarlo con los demás. Este proceso, si bien incluye un trabajo intelectual, se sostiene sobre todo a través del conocimiento sin palabras, por meditación y visualización así como del reconocimiento de nuestras proyecciones sobre las imágenes de los Arcanos. Hay que experimentar la sensación que cada Arcano nos produce, qué cartas nos atraen, cuales nos repelen y averiguar el por qué buscando en el inconsciente, y así estudiando de esa manera el Tarot se convierte en una autoterapia. Todo este trabajo interior nos servirá para enriquecer el significado de cada carta. Bien mirado no son más que una serie de dibujos que, de forma literal, dicen cosas muy simples. Para convertirlo en un instrumento psicoterapéutico debemos profundizar y ampliar esos significados, sus contenidos pues las lecturas que hagamos dependerán de nuestro nivel de Conciencia, cuanto más elevado menos limitado, cuanto más libre de creencias, juicios y proyecciones tanto más rico y profundo. En cierto sentido no se trata de “adivinar” nada sino de conectarse con ese inconsciente personal, luego el familiar, el social, el humano……..el Cósmico y hacer que las cartas hablen a través de nosotros en un diálogo con la persona, poniéndonos a su nivel sin intentar controlarlo ni condicionarlo con nuestras predicciones. Como en cualquier trabajo terapéutico uno de los objetivos es que la persona recupere su lugar, su fuerza, para encarar las vicisitudes de la vida con aceptación y con posibilidades de dirigir la parte de su destino que pueda cambiar. ![]() El ser humano por definición anhela ser, aunque en contadas ocasiones llega a conseguirlo dado que lo que desea es “ser algo o alguien”, buscando fuera de sí mismo la solución. Llegar a ser lo que se es constituye una tarea ardua y complicada, más que nada porque pocas veces nos hacemos la pregunta correcta, o mejor dicho, las respuestas que nos damos a la pregunta ¿Quién soy yo? vienen ya viciadas de base al no saber distinguir entre lo que realmente somos y cómo nos definimos. Freud definió el ego como una especie de ficción tranquilizante. Y esa ficción es lo que habitualmente confundimos con lo que somos en realidad. Muchas de las aflicciones del ser humano y los síntomas que se toman por verdaderos problemas tienen su raíz en esa necesidad de saber que somos “alguien”, que ocupamos un lugar en el mundo y que somos únicos e irrepetibles. Nos interesa el individuo y su necesidad imperiosa de construirse una personalidad, de SER y de sentirse una identidad individualizada para poder encarar con garantías los retos cotidianos. Nos mueve esa necesidad intrínseca de tener el control de lo que nos sucede, de generar la necesaria auto-confianza y el valor de aceptar los riesgos que suponen el llegar a ser uno mismo. El Mago nos indica que podemos llegar a ser aquello por lo que estemos dispuestos a hacer. Ser y hacer, en contraposición a tener. Este dato es importante porque los intereses del individuo y los de la especie nunca coinciden por completo y el no poder ser nos pone enfermos encontrándonos la mayor parte de las veces luchando por tener en vez de intentar ser mediante el hacer. El Mago se identifica con los objetos que tiene en la mesa (pensamientos, sentimientos, creencias, deseos, recuerdos….), y parte de su tarea consiste en desarrollar la atención y la facultad de poner los cinco sentidos en todo lo que hace. Debe darse cuenta que es él quien crea el mundo que aparenta existir. ![]() Dicen que una persona se realiza totalmente después de tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. No sé si es cierto o no. En realidad lo encuentro limitante. Creo que una persona en realidad no tiene límites para su realización y que tras haber ascendido a ciertas cimas ha de ir tras otras más altas. O tal vez no. Dependerá, supongo yo, de su nivel de Conciencia y de las ganas que tenga de continuar aprendiendo, curioseando en este mundo paradójico y multifacético. Lo único cierto es que este libro que tienes entre tus manos, querido lector, es fruto de la aportación de muchas personas. No es solo mío. La autoría le pertenece también a cuantas almas se han cruzado en el sueño que es mi vida y que no me pertenece. Solo le pertenece a la Conciencia la cual se expresa a través mío de esta particular forma. En este libro se habla de psicología, de filosofía, de astrología, de genealogía. Y el hilo conductor es el Tarot. Y así es porque mi intención no es que aprendas a manejar la baraja del Tarot para poder leer el futuro sino que a través de este pequeño trabajo multidisciplinar quizás encuentres alguna respuesta a tus preguntas. Porque no me inicié en el estudio de este portentoso instrumento sagrado para predecir el futuro, ni adivinar qué sé yo que tiempo hará mañana, sino para poder conocerme un poco más a mí mismo. Empecé curioseando y acabé buceando en sus profundidades. Aún hoy día continúo extasiado ante tanta sabiduría sin palabras....... (extracto de la introducción del libro) Lo que denominamos Tarot Terapéutico engloba toda una serie de sistemas, métodos y lecturas destinado al desarrollo humano, podría considerarse una herramienta terapéutica individual: llega la persona portando un problema, una inquietud, una crisis, y se trabaja en base a la historia, más o menos profusa, más o menos cierta, de lo que nos cuenta el consultante; el trabajo, entonces, se dirige a paliar en la medida de lo posible las angustias de quien consulta intentando hacerle consciente de la situación y las posibles vías de solución para su circunstancia particular. Sin embargo hay una vertiente importantísima en nuestras vidas y es, precisamente, nuestro árbol genealógico. En los últimos años he estado estudiando y poniendo en práctica esta visión en la que se intenta no solo la curación o el bienestar de la persona que consulta sino algo más profundo, la sanación de su árbol genealógico.
A esta amalgama de experiencias la denomino Tarot Sistémico dado que se encuadra en el contexto metagenealógico y de la Terapia Sistémica Transgeneracional. Lo cierto es que estamos viviendo un florecimiento de la psicogenealogía y las Constelaciones Familiares derivado, quizás, de un cambio en la mentalidad de la sociedad o por un empuje del inconsciente colectivo que nos obliga a pasar de las terapias basadas en el YO a las actuaciones que engloban el NOSOTROS como sistema, como grupo. Ya Arthur Koestler mencionaba que el ser humano, cada persona, es un holón, o sea una unidad en sí misma que a su vez forma parte de otros holones de mayor entidad. Todo ello se corresponde con el conocimiento de que cada individuo forma parte y lleva a sus espaldas el peso del, digamos, holón familiar. La familia es la base desde la cual la persona se dirige al mundo y al olvidarlo durante siglos el hombre creyó quedarse solo ante el mundo, ante la vida. Al no ser consciente de todo el legado familiar que le condicionaba, por una parte el individuo perdió la conexión con sus raíces y como resultado se enajenó pensando que él era el origen y el final de todo. Ahora vuelve a reencontrarse con sus ancestros de manera consciente empujado por esa fuerza que emana desde mucho más allá y le indica que el camino que conduce hacia donde se dirige es realmente un camino de retorno al origen pasando por sus ancestros, su historia familiar, sus lealtades y fidelidades, para que se dé cuenta que parte del destino está escrito y otra parte le corresponde a él escribirlo y vivirlo. El Tarot nos lo muestra en la carta de EL COLGADO donde un hombre cabeza abajo se encuentra suspendido entre dos árboles, el materno y el paterno, y cree que nada puede hacer para desligarse de ellos. En cierto sentido la savia de esos árboles alimenta a la persona, la nutre, tanto con lo positivo como con lo negativo y así el hombre, la mujer, actúa según unos acuerdos y fidelidades inconscientes que interaccionan con los esquemas mentales inoculados por la sociedad y la cultura por lo que suponer que el ser humano es totalmente libre, o que dispone de libre albedrio (tal y como se suele entender), es mucho suponer. Sin embargo si nos fijamos bien en la imagen del Colgado intuimos que en cualquier momento, cuando él lo decida, el personaje puede deshacer el nudo que le ata al árbol de origen para hacer florecer el suyo propio. Para ello, para que su árbol se desarrolle lo más sano y fuerte posible debe haber tomado a sus ancestros, cortado con fidelidades insanas y aparte de entonces, no arrogarse responsabilidades que no le pertocan. Ha de dejar de vivir aspectos de su vida pertenecientes a algún antepasado, de compensar algún hecho o actitud procedente de su árbol genealógico. El estudio psicogenealógico nos ayuda a desvelar aquello que está obstruyendo el normal desarrollo de la persona, a ir al origen de ciertas enfermedades, a descubrir dinámicas ocultas en el proceder del individuo. Con el Tarot disponemos de un medio que conecta con el inconsciente familiar. En el arcano del Enamorado vemos una representación de la influencia materna y del árbol genealógico de origen junto al deseo de crear un árbol propio, con una pareja estable, y las dudas que ello genera. En el personaje central cohabitan los vínculos con sus raíces familiares y la necesidad de liberarse de los contratos y acuerdos inconscientemente establecidos, surge el sentimiento de culpa, de temor a no ser amado. Dependiendo de la relación que el individuo tuvo de niño con su madre es posible que de adulto sigua buscando una madre en sus relaciones de pareja. Si su madre despreció a su padre puede que él busque mujeres que le desprecien; si fue el “novio” de su mamá le resultará muy difícil mantener relaciones estables y profundas con otras mujeres… la lista es interminable lo cual apoya la idea de que la relación con la madre es básica, vital, fundamental. Y eso el Tarot nos lo recuerda en varios de sus arcanos así como las dinámicas ocultas, fidelidades e implicaciones siendo un elemento que utilizado junto al estudio del árbol genealógico y las constelaciones familiares proporciona una experiencia enriquecedora y una apertura a ese inconsciente familiar que, paradójicamente, es a la vez una bendición y una carga. Desde esta perspectiva uno de los puntos importantes a tener en cuenta en la búsqueda de significado en nuestra vida es cumplir lo que percibimos como carencias de la vida de nuestros padres, o lo que percibimos como un potencial no desarrollado, lo que podríamos denominar destino. Estas percepciones se derivan de circunstancias y vivencias que son únicas para nosotros. Como decía Carl Jung:”lo que generalmente tiene el mayor efecto psíquico en el niño es la vida que los padres no han vivido”. Así en el trabajo con el Tarot Sistémico se analiza el árbol genealógico de la persona, las circunstancias que rodean su vida desde la visión de su familia de origen. A través del Tarot se clarifica y se muestran los vínculos, contratos, nudos y dinámicas ocultas que subyacen bajo los hechos que la persona expone. También mediante este trabajo llegamos a entender el tipo de pareja que formamos, su relación con las parejas que nos preceden, las repeticiones, olvidos y fidelidades. Este sería el enfoque del Tarot Sistémico el cual permite entender conductas de las personas como respuesta a un desorden en el sistema familiar. El consultante, paradójicamente, pierde importancia a favor de una mirada y un análisis dirigido al contexto, al árbol genealógico. Es una mirada más amplia, más allá de la persona. Mediante el Tarot Sistémico contemplamos el tipo de relaciones entre los miembros de una familia a través de varias generaciones y si cada uno ocupa el lugar que le corresponde. Este tipo de trabajo es dinámico, sin recetas prefijadas. Más que nada se trata de una experiencia siempre nueva y en donde el tarólogo no dirige sino que observa y acompaña para que la experiencia resulte curativa. Es un modo de trabajar fenomenológico, donde lo que menos importa es el significado de las cartas sino lo que su visión provoca en el consultante, cómo mueve las cartas, su reacción al ir descubriéndolas, dónde las coloca y sobre todo cómo se expresa su árbol genealógico a través de los arcanos. (Extractos del libro CONVERTIRSE EN UNO MISMO-Manual de Tarot terapéutico) |
Francisco BenagesTarotCoach Archivos
Noviembre 2019
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