tarot consulting bcn
  • Inicio
  • Consultas
  • Escuela
  • Tienda
  • Conóceme
  • Blog
  • Testimonios
  • Inicio
  • Consultas
  • Escuela
  • Tienda
  • Conóceme
  • Blog
  • Testimonios
Search

CERRANDO CICLOS

4/11/2013

0 Comentarios

 

La vida es un proceso continuo y dinámico de autodescubrimiento, y esto es cierto, pero también es cierto que la vida es un proceso donde debemos de aprender a cerrar capítulos o los ciclos que hemos dejado abiertos; lo cual significa que hemos de dejar atrás nuestros rencores, dejar atrás algunas relaciones, incluso algunos recuerdos, y constituye un buen ejercicio de salud mental el hacer una limpieza para borrar entre otras cosas las nostalgias del pasado, ya que de no hacerlo viviremos atrapados en él, auto castigándonos por lo que pudo haber sido y no fue.

Como individuos que somos, en nuestro devenir vamos abriendo y cerrando ciclos como parte de nuestra condición humana, ya que todo lo que empieza acaba, nada es para siempre. Esto ocurre a veces cuando nos encontramos atrapados por nuestras emociones y actitudes perturbadas en varias áreas de nuestra vida, pudiendo ser éstas: la familia, la pareja o el trabajo. La Rueda de la Fortuna es la imagen de este ir y venir de experiencias repetitivas que en un momento dado debemos dar por zanjadas.

 Una manera de darnos cuenta que no hemos cerrado ciclos es por ejemplo: cuando constantemente retrocedemos en el tiempo, a través de un recuerdo que nos lastima o nos hace sufrir, provocándonos una intensa emoción como la rabia, la tristeza, el resentimiento o la frustración. Estos pensamientos y sentimientos hacen que nuestra vida sea poco intensa, aunque no nos demos cuenta; por eso la importancia de desapegarnos de las personas, de los hechos que nos mantienen estáticos y de los porqués. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí?

Vivimos quejándonos de las calamidades que ocurren en nuestra vida, es decir nos centramos en los efectos “evidentes” pero pocas veces o casi nunca analizamos el origen. Si analizáramos el origen, la causa, de esas pretendidas “calamidades” nos daríamos cuenta que también somos co-partícipes de aquello que llamamos desdicha, infortunio o mala suerte. Nada de lo que nos ocurre lo es por casualidad, todo tiene un por qué y un para qué; nosotros generamos en gran medida nuestro futuro a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones del presente.

Los ciclos  deben cerrarse sanamente, es decir con cuidado, con amor y despreocupación; ya que de no hacerlo el coste físico emocional y mental será muy alto, es como dejar una puerta abierta en la casa donde habitan tus pensamientos, donde tarde que temprano se mete un delincuente a robarte, y ¿qué es lo que te roba? Entre otras cosas te roba: tu paz, tu tranquilidad y tu alegría. Tu energía se debilita, tu vida se ve en blanco y negro.

Para empezar a cerrar ciclos primeramente hay que precisar en qué área tu vida puede haber quedado inconclusa, después ver qué es lo que piensas, sientes y haces respecto a esa situación o hacia esa persona. Haz esta reflexión con humildad, desde tu corazón, no desde tu razón. El hecho de tomar esta decisión implica un enorme beneficio para ti y para nadie más. Si has decidido dejar atrás tus temores, olvidar o perdonar a alguien ¡adelante!, hazlo hoy a través de una oración, de una plegaria, o simplemente escribe en una hoja en blanco lo que te molesta o te duele y posteriormente destrúyela o quémala.

Hay seis pasos esenciales que pueden ayudarte a cerrar esos ciclos definitivamente:

1.      Acepta las cosas como son y no como quieres que sean.



2.      Antes de perdonar a los demás, primeramente perdónate a ti mismo.



3.      Deja atrás tu soberbia y transita por el sendero de la humildad.



4.      Compromete a disfrutar del presente y dejar atrás el pasado.



5. Reconoce la parte de responsabilidad que tienes en ciertas situaciones y con ciertas personas.

             

6. A partir de hoy cuida tus pensamientos, palabras y acciones, como tu más preciado tesoro.

            

Si estos seis pasos no son suficientes porque la angustia te provoca la necesidad de evadirte o el miedo te paraliza, existe un ejercicio que puede ayudarte y que lo aprendí del Dr. Deepak Chopra en su libro “El Sendero del Mago”. Consiste en lo siguiente:

Siéntate con un bloc de hojas de papel. Escoge un sitio donde no haya ruido ni distracciones. Después coloca la punta del bolígrafo sobre la primera hoja y prométete no levantarlo durante cinco minutos. Comienza a escribir la frase “Le temo a” y termínala como quieras.

Sin levantar el bolígrafo, comienza nuevamente la frase “Le temo a”, y nuevamente escribe lo que te venga a la mente. Mientras lo haces, respira lentamente sin hacer pausas entre una respiración y otra. Esto se conoce como respiración circular, en la cual la inhalación y la exhalación están conectadas. Desde tiempos antiguos se ha considerado que esta forma de respiración permite dejar atrás las inhibiciones de la mente consciente. Sin esta técnica sería mucho más difícil llegar al nivel inconsciente del temor.

Mientras practicas la respiración circular, inhalando y exhalando sin parar, completa una y otra vez la misma frase, “Le temo a”, sin levantar el bolígrafo del papel. Una vez que te liberes y puedas plasmar sobre el papel tus temores ocultos, te será difícil detenerte.

Si realizas el ejercicio libremente, dejando que tus pensamientos se desenvuelvan sin tratar de controlarlos, descubrirás muchas asociaciones extrañas con el temor que no habías imaginado. Y esos temores inesperados traerán consigo emociones, no sólo temor sino ira, tristeza y alivio. Podrán incluso brotar lágrimas reprimidas.

Deja que todo salga, pero vuelve siempre a la respiración y no levantes el bolígrafo del papel hasta que termines. Si comienzas a sentirte demasiado mal, detente. Al terminar el ejercicio es buena idea acostarse a descansar, a fin de recuperar el equilibrio normal. Este ejercicio es más eficaz la primera vez, aunque se puede repetir cuantas veces lo desees.

Todo este ejercicio tiene que ver con eliminar las creencias que hemos reforzado en nuestra vida cotidiana y que nos han llevado a vivir creyendo que tenemos la razón, que somos víctimas de la circunstancias, trayendo como consecuencia temores, deseos reprimidos y sueños no cumplidos.

Por otro lado también es importante hacernos preguntas para clarificar lo que tenemos pendiente de resolver:

·         ¿Qué puerta o puertas he dejado abiertas en mi vida?

·         ¿Cuáles son mis sentimientos respecto a los capítulos pendientes de cerrar?

·         ¿Qué hice o deje de hacer respecto a esa situación o persona?

·         ¿Cuáles son los sueños que he dejado de hacer por estar atado al pasado?

·         ¿Vivo siendo feliz o queriendo tener la razón?

·         Actualmente ¿cuál es mi estado físico y emocional?

·         ¿Cuáles son mis actitudes en mi vida personal y profesional?

Si no nos hacemos responsables de lo que provocamos, jamás cerraremos ciclos en nuestra vida, ya que siempre buscaremos un culpable para hacernos la víctima. Hay que actuar proactivamente a través de ser protagonistas para cambiar la situación que nos incomoda, que nos hace sufrir o que nos tiene viviendo en el miedo.

Lo sano, lo prudente, lo lógico es que  no tenemos que esperar a que nos quieran, a que nos comprendan, a que nos escuchen, a que nos reconozcan. Solamente debemos apresurarnos a cerrar los ciclos que hemos dejado abiertos para disfrutar de la experiencia presente. Recuerda que la vida es corta, por eso hay que aprender a desprenderse, a hacer cambios y encontrar nuevas personas que pueden ser el inicio de un nuevo ciclo.



El Arcano XIII nos lo recuerda constantemente. Si no hacemos tabla rasa no podemos construir de nuevo, si no dejamos atrás lo que ya no es útil en nuestra vida nos arriesgamos a seguir con los patrones de comportamiento arraigados durante años. Patrones que cuando éramos infantes nos servían para abrirnos paso en las relaciones con la familia, la sociedad y la cultura, pero que con la llegada de la madurez han quedado obsoletos.

De pequeños podíamos llorar y patalear o hacernos las víctimas para conseguir aquello que deseábamos; sin embargo en la etapa adulta el seguir sintiéndose víctima ya no nos sirve. Nos corresponde tomar las riendas de nuestra vida y saber que podemos elegir en todo momento aquello que queremos pensar, sentir y hacer.

Tampoco nos sirve el manipular a las personas, al menos no es ético y moral, porque aunque pensemos que con ello podemos conseguir lo que nos propongamos, en el fondo supone un auto-sabotaje dado que actuando de ese modo nos degradamos como seres humanos.

  

Y se apodera de nosotros el arquetipo del Diablo, con lo cual negamos una parte importante de nuestra humanidad y acabamos desquiciados porque un día u otro la vida, sí, la vida, nos pondrá en nuestro lugar deshaciendo de un plumazo nuestras aspiraciones y sentiremos como todo se derrumba a nuestro alrededor (La Torre).

Por lo tanto, ve cerrando esos ciclos que todavía te tienen inmerso/a en la rueda de la vida y busca nuevas opciones, nuevas oportunidades, nuevas personas. ¡¡Vive la Vida!! Con todo lo que ello conlleva.

0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Francisco Benages

    TarotCoach
    Consultor en procesos de transformación

    Archivos

    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Junio 2019
    Diciembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Marzo 2015
    Enero 2015
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Enero 2014
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013

    Categorias

    Todos
    Autoconciencia
    Coaching
    Metagenealogia
    Tarot

    Fuente RSS

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.
  • Inicio
  • Consultas
  • Escuela
  • Tienda
  • Conóceme
  • Blog
  • Testimonios