EL loco es el Arquetipo del Espíritu que nos acompaña en el recorrido del proceso de la Individuación, de él emerge todo lo demás, es la energía que potencia y engendra la forma de todo lo que nos espera. La fuerza creadora de todos los Dioses. El Loco inicia la secuencia o la frecuencia en la cual estamos abiertos a vivir, sea experiencia cotidiana o puesta en lo subjetivo, según lo que necesitemos encauzar en el momento, de él surgen las contradicciones y a partir de él los opuestos se resuelven, si en verdad somos capaces de canalizar su energía hacia una meta.
Es el caos, el principio, el big bang, y lo que mantiene a su vez el orden o fijación de las representaciones que buscan encauzar un fin a través de rodeos ¿quién controla su fuerza? el loco es aventurero, se manifiesta por el impulso ¿quién lo representa? no es más que el disfraz para conllevar su deseo! y lo hace para llamar la atención, pero lo hace sin más. Este arquetipo lleva la fuerza integradora, están los aspectos negativos como los positivos; la naturaleza opuesta, en lo que Jung ha hecho hincapié en su obra. Es el elemento de nuestro carácter que representa la multiplicidad de la conciencia. Como el bufón de la corte, el Loco se ríe del rey y de todos aquellos alrededor suyo, arrebatándoles el poder y haciendo que las cosas pierdan su sentido rígido. El Loco nos enseña que la mayoría de las veces solo estamos expresando una de nuestras facetas, o mascaras, de la lista de arquetipos, pero casi nunca nuestro yo verdadero. El Loco es así la avanzadilla de este yo verdadero, nos enseña a reírnos de nosotros mismos, a no tomar nada excesivamente en serio y nos muestra el camino hacia dónde encontrarnos realmente. Busca el disfrutar, el placer y sentirse vivo. No se toma a sí mismo en serio. Se burla de sí mismo y de las reglas sin caer en la irresponsabilidad o burla de los demás en su integridad. Expresa la alegría y capacidad para disfrutar de la vida. Tiene licencia para decir cosas por las que otros serían condenados. Aguijonea a la persona con exceso de soberbia, provee cierto equilibrio violando las reglas y dando salida a puntos de vista, sentimientos y comportamientos prohibidos. Este arquetipo tiene la capacidad de abrir las puertas a lo desconocido y a las aventuras nuevas que parecen insólitas, o absurdas según para quién. Con esta actitud, la del loco, que se adopta en ciertas ocasiones, hasta se puede sentir uno discriminado y se puede percibir perfectamente esa sensación que se siente cuando se es tachado de irresponsable ante las conductas que todo o casi todo el mundo adopta. Pero cuando uno adquiere esta actitud del Loco con responsabilidad, es porque se necesita, ya que hay momentos en los que evadirse de ciertas cosas hace que se tome el camino correcto, entonces este arquetipo es utilizado de forma inteligente. Pero si lo que se pretende es olvidarse y no enfrentarse a la realidad de forma seria y madura, se está gestando un gran problema y entonces esta actitud del loco no lleva a ningún sitio, solamente al caos. Otra lectura de este arquetipo es la que nos conecta con nuestra inocencia, nuestro niño interior que se divierte, con un espíritu curioso y espontáneo, sin preocupaciones, tranquilamente y sin pensar en el qué dirán. Este arquetipo es verdaderamente un filósofo cuando se sabe dominar con maestría, ya que se tiene el valor de viajar contra corriente cuando es necesario hacerlo y estar o permanecer fuera de los valores sociales, de los condicionamientos, y de los esquemas preestablecidos. La parte más caótica de este arcano es cuando se instala este arquetipo indefinidamente en el cuerpo de la mente y no se es capaz de controlar esa excitable manifestación de exaltación incontrolada y autodestructiva y se convierte en una forma irascible de ser. El loco también aparece cuando los nervios nos sobrepasan o cuando una situación parece estar fuera de control o en pleno caos, como también nos aborda cuando algo nos es demasiado grande y no podemos asumir con serenidad una situación o problema. También representa al arquetipo del Vagabundo / Buscador. Este arquetipo suele manifestarse cuando decidimos dejar atrás un modo de vida vacío y carente de sentido. O debido a que la muerte de alguien cercano, marido, mujer, hijo nos catapultan a buscar. O quizás porque nos abandonan literalmente, o nuestro sentido de la identidad cambia radicalmente cuando los que están a nuestro alrededor cambian lo que hacen, ya que a veces nuestro sentido de la identidad depende de nuestros roles en relación a los que tenemos a nuestro alrededor. Nos despiden del trabajo en el que llevábamos muchos años, o puede que pospongamos la toma de una decisión consciente hasta el punto que nuestro inconsciente toma cartas en el asunto y nos lleva a quebrar alguna regla que provoque nuestra expulsión. También emerge este arquetipo cuando nos enfermamos como un mecanismo inconsciente para poner freno al ciclo en el que nos hallamos atrapados. A medida que adquirimos más práctica en la fidelidad a nosotros mismos, descubrimos que no es necesario que tengamos crisis de choque en las que debemos abandonar ciertas situaciones de modo dramático para salvarnos. El Loco comparte arquetipo con El Mago en la figura del Puer Aeternus, el Niño Eterno. El término puer aeternus es el apelativo con el que se referían al dios niño en las religiones mistéricas pre-cristianas. Se identificó al dios niño con Dioniso y con Baco, así como con el resto de dioses consortes en la época en que se rendía culto a la Diosa Madre. El mismo motivo vuelve a aparecer en el cristianismo con el niño Jesús y la Virgen María. Así pues, puer aeternus significa joven eterno, eterna juventud. En psicología se utiliza también para designar a un cierto tipo de individuo con un marcado complejo materno, prolongando en el tiempo una actitud adolescente. Los pueri aeterni son, pues, personas que continúan manifestando actitudes que cabría esperar en un joven de entre quince y dieciocho años, acompañadas de una excesiva dependencia de la madre. Las dos expresiones típicas de un varón con un marcado complejo materno son la homosexualidad y el donjuanismo. En el primer caso, la tendencia de la libido heterosexual está ligada a la madre, único objeto amoroso, por lo que el sexo no puede experimentarse con otra mujer. En realidad, toda mujer es tenida por rival de la madre, de ahí que se satisfagan las necesidades sexuales con miembros del mismo sexo. En el segundo caso, se busca a la madre en toda relación con una mujer, pero cuando el hombre se da cuenta de que su pareja no es su madre, pierde el interés por ella y reanuda la búsqueda de su “media naranja”, esto es, la mujer perfecta, la Madre. En la actualidad, asistimos a una novedosa manifestación de este arquetipo en los denominados “singles”, hombres que han decidido vivir solos, manteniendo relaciones sexuales esporádicas, con el fin de no comprometerse con mujer alguna. Algunos de estos varones frecuentan los clubes de alterne para acostarse con prostitutas y/o se masturban compulsivamente, en orden a satisfacer sus necesidades instintivas. Anhelan la mujer maternal que les abrace y les proteja, les cuide y les comprenda. Cuando entran en contacto íntimo con una mujer, estos hombres se decepcionan al comprobar que la imagen que ellos habían proyectado no encaja con la persona de carne y hueso que tienen delante, de modo que se alejan sólo para volver a proyectar la misma imagen de la Diosa Madre en su próximo contacto.
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Francisco BenagesTarotCoach Archivos
Noviembre 2019
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