![]() El ser humano ya por definición anhela ser, aunque en contadas ocasiones llega a conseguirlo dado que lo que desea es “ser algo o alguien”, buscando fuera de sí mismo la solución. Llegar a ser lo que se es constituye una tarea ardua y complicada, más que nada porque pocas veces nos hacemos la pregunta correcta, o mejor dicho, las respuestas que nos damos a la pregunta ¿Quién soy yo? vienen ya viciadas de base al no saber distinguir entre lo que realmente somos y cómo nos definimos. Freud definió el ego como una especie de ficción tranquilizante. Y esa ficción es lo que habitualmente confundimos con lo que somos en realidad. Muchas de las aflicciones del ser humano y los síntomas que se toman por verdaderos problemas tienen su raíz en esa necesidad de saber que somos “alguien”, que ocupamos un lugar en el mundo y que somos únicos e irrepetibles. Aquí se nos escapa el estudio profundo de lo que realmente se supone que somos. La psicología transpersonal nos diría, sintetizando, que somos una “totalidad” o que somos “vacuidad” o como apunta Jean Klein: “Tú vives en contracción, pensando en ti mismo como un individuo. ¿Dónde encuentran significado los términos “yo” y “mío”? Cuando miras de verdad dentro de ti mismo, no puedes decir que el cuerpo te pertenece. Tú eres el resultado de dos personas y cada progenitor tiene dos progenitores y así sucesivamente. Toda la humanidad está en ti. Eres lo que absorbes”. Si quisiéramos tomar un camino paralelo recurriríamos a Herman Hesse que en la introducción de Demian señala: “...He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave ni armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos...” Pero en este estudio no vamos a ir tan lejos. Nos interesa el individuo y su necesidad imperiosa de construirse una personalidad, de SER y de sentirse una identidad individualizada para poder encarar con garantías los retos cotidianos. Nos mueve esa necesidad intrínseca de tener el control de lo que nos sucede, de generar la necesaria autoconfianza y el valor de aceptar los riesgos que suponen el llegar a ser uno mismo. El Mago nos indica que podemos llegar a ser aquello por lo que estemos dispuestos a hacer. Ser y hacer, en contraposición a tener. Este dato es importante porque los intereses del individuo y los de la especie nunca coinciden por completo y el no poder ser nos pone enfermos encontrándonos la mayor parte de las veces luchando por tener en vez de intentar ser mediante el hacer. Tanto tienes, tanto vales, nos viene a decir que somos las cosas que tenemos, “somos” un buen/mal trabajo, una gran/pequeña casa, un mejor/peor coche y en esa maraña de sinrazones nos movemos y vivimos. Jung describió en su día la Individuación como la finalidad del individuo de liberar el sí mismo de las máscaras de la “persona” y de la sugestión de las imágenes mentales, en suma, de la posibilidad de integrar contenidos inconscientes en la conciencia y puntualizó que esto no se podía lograr de forma racional, sino mediante el diálogo consigo mismo. En suma, se trata de alcanzar una conciencia de sí mismo , un saber orientarse en la vida teniendo un punto de apoyo, una actitud personal volitiva, un modelo de reflexión que, de entrada, nos sugiera una noción de un YO materializado, sin perder de vista las posibilidades de expansión que veremos más adelante y teniendo en cuenta que cuando buscamos en nuestro interior, cuando vamos quitando capas de nuestra personalidad, al modo de una cebolla, en el centro mismo de nuestro ser sólo hay vacío, y el vacío todo lo llena. En este estadio de la evolución se inicia el desarrollo de la conciencia reflexiva; la identidad se va formando en base a la identificación con la imagen que los demás tienen de nosotros, sobre todo los padres. El Mago se identifica con los objetos que tiene en la mesa (pensamientos, sentimientos, creencias, deseos, recuerdos….), y parte de su tarea consiste en desarrollar la atención y la facultad de poner los cinco sentidos en todo lo que hace. Debe darse cuenta que es él quien crea el mundo que aparenta existir.(Extractos del libro CONVERTIRSE EN UNO MISMO)
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Francisco BenagesTarotCoach Archivos
Noviembre 2019
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