Mucho se ha hablado, y se sigue haciendo, sobre el carácter esotérico y simbólico del tarot y en base a ello desde ciertos círculos académicos se le niega cualquiera otra utilización que no se la de oráculo (en sentido además peyorativo), encasillado en el cajón de técnicas adivinatorias, todas ellas denostadas y vilipendiadas. No niego que personalmente creo que la vertiente adivinatoria del tarot es la que menos se atiene a sus fundamentos aunque sea la más vistosa y popularizada; todo lo cual no ha hecho más que empobrecer su imagen tanto entre los profesionales de la salud como de las personas que acudiendo a alguna consulta de un tarotista-adivino, han salido desilusionados con los resultados.
Sin embargo somos muchos ya quienes utilizamos los arcanos del tarot como herramienta para el desarrollo personal, propio y ajeno, haciendo uso de sus ilimitadas posibilidades en campos tan diversos como: la búsqueda de soluciones creativas a circunstancias complejas, el autoconocimiento, la estimulación de la imaginación e intuición, el obtener información del inconsciente o la comprensión de situaciones específicas. Yendo más allá y atendiendo también a negocios y empresas: la creación de metas y planes de acción, la reformulación de problemas y el desarrollo de habilidades comunicativas, por no hablar ya de temas más profundos como la búsqueda de sentido y propósito en la vida. Esta breve introducción se debe a que desde principios de los años 80 del siglo pasado los profesionales de la salud psíquica, léase psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas, vienen utilizando una serie de mazos de cartas con imágenes más o menos cotidianas, más o menos simbólicas, con las que ayudan a sus pacientes a resolver sus problemas. La cuestión es que con el paso del tiempo su área de aplicación se ha extendido también a educadores, instructores, coaches y consultores de negocios. Según aseguran estos profesionales este tipo de mazos sirven para fomentar la creatividad, la comunicación y la imaginación. Parece que han descubierto la sopa de ajo cuando desde hace cientos de años disponemos de las cartas del tarot. Sin desmerecer para nada esos mazos, vemos como el tarot, con sus símbolos, arquetipos e imaginería ancestral, ha quedado desterrado por ser demasiado “místico” y “esotérico” y por lo tanto no se puede aplicar de forma psicoterapéutica y sanadora. Afortunadamente no todos piensan así, en EEUU y parte de Europa se utiliza el tarot como instrumento terapéutico en su forma proyectiva y asociativa. Por eso creo que es importante matizar una serie de errores de percepción que se han originado tanto desde la sociedad en general como en los profesionales “psico” en particular dado que solamente se conoce la versión más populista del tarot, la de adivinación. Veamos algunas de esas percepciones: Las imágenes del tarot están cargadas de gran simbolismo cuyo significado es interpretado solamente por el profesional. La primera parte de la oración es cierta, aunque si somos honestos podemos afirmar que cualquier imagen contiene una carga simbólica implícita que cambia según la percepción de quien la observa y ello lo he podido comprobar en cada sesión con el tarot terapéutico. Cada consultante interpreta la imagen que ve según su estado mental, emocional, físico y energético. En más de una ocasión me he quedado sorprendido por la interpretación que hacía la persona que consultaba sobre las cartas sobre el tapete. La segunda parte de la oración es inexacta desde el punto de vista terapéutico. Es el “cliente” quien interpreta lo que ve, el tarólogo acompaña al consultante en su interpretación, dando luz allí donde la persona se bloquea o no encuentra una explicación plausible. El tarólogo hace preguntas en relación a las imágenes y el consultante, por asociación y proyección, descubre sus respuestas. El foco de atención durante la sesión son las cartas y el tarotista. Error. En el ámbito terapéutico la atención se focaliza en la persona que consulta, algo lógico por otra parte. El tarólogo se pone a disposición del consultante, se convierte en su consultor-asesor-coach. El cliente la mayor parte del tiempo se limita a escuchar. Inexacto. No quisiera resultar redundante pero evidentemente una sesión de tarot terapéutico es más una conversación sanadora que una consulta cognitivo-conductista. El tarot tiene una gran dificultad de incorporación a otras áreas que no sean las de carácter esotérico, difícilmente aceptable por muchos clientes y profesionales. La dificultad proviene precisamente de la no-aceptación por parte de los profesionales y clientes que ven injerencias en todo aquello que no pueden manipular, controlar y evaluar racionalmente. En este sentido el tarot es incontrolable, tiene vida propia y aunque en sí mismos los arcanos son neutros, su significado difiere según la persona que los interpreta. Es cierto que en manos poco escrupulosas el tarot se puede utilizar para manipular a las personas pero también se les puede manipular en la consulta de un psicólogo, psiquiatra o psicoterapeuta. No es la herramienta, el sistema o el método quien manipula, lo hace la persona que la utiliza. En una consulta de tarot el cliente pregunta y el tarotista le da la respuesta. Una consulta de tarot terapéutico se basa en las teorías de Carl Jung sobre la sombra, los arquetipos, la proyección, el inconsciente colectivo y la sincronicidad, así como en técnicas de visualización creativa, imaginación activa o el análisis del árbol genealógico. En este contexto quien pregunta es el tarólogo, quien además ayuda al consultante a comprender sus propias paradojas y bloqueos. A tenor de lo dicho, cualquier mente perspicaz comprenderá que para practicar el tarot en psicoterapia no basta con haber aprendido a leer el tarot, hay que estudiar otras especialidades. Podría seguir con más afirmaciones gratuitas que solo pueden provenir de quien no ha estudiado detenidamente el tarot, aunque creo que ya es suficiente para darse cuenta de que el tarot es una herramienta totalmente válida en procesos de desarrollo personal, consultoría y coaching. En este breve artículo no detallaré los métodos que se pueden utilizar aunque ya he mencionado alguno de pasada. Únicamente deseaba dar un poco de luz, tender la mano a quien desee ampliar su formación y limpiar algo la imagen que el tarot tiene entre ciertos círculos..
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Francisco BenagesTarotCoach Archivos
Noviembre 2019
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