Entramos en los últimos estertores de este siglo, no porque vaya a acabarse, que lo hará dentro de 80 años, sino porque constituye un período de los más críticos en las últimas décadas. Prácticamente desde el año 2000 en el que “entró” como Arcano de referencia El Mundo, vemos cómo han ido sucediendo circunstancias en las que se preveía ya un cambio en la dinámica tanto mundial como personal. El Mundo representa, en el Tarot, el final del ciclo de los Arcanos Mayores, cuando todo parece ya completado, y en ese contexto bien podríamos afirmar que si, que representa el final del siglo XX, representado por la carta del Juicio y la entrada en un nuevo “mundo” donde las estructuras que hasta entonces parecían bien asentadas, empiezan a mutar, a ordenarse de otra forma. El Mundo no es que cierre un ciclo sino que representa la entrada a una nueva visión de la realidad en donde predominará el sentido de orden aunque matizado por los otros Arcanos que, año tras año, irán apareciendo, coloreando sus cualidades y haciendo resaltar sus aspectos más sombríos la mayor parte de las veces y matizando sus aspectos positivos, que los hay y muchos. Por lo tanto podríamos decir que seguimos la estela que comenzó en 2000 y que alcanzará su cénit en 2099 y que sintetizando nos viene a decir que el mundo conocido se está acabando, ¿el Apocalipsis?. No, tampoco debemos llegar a esos extremos pero sí que, como estamos viendo, hace referencia a esos cambios cada vez más rápidos y profundos que se suceden casi como si no supiésemos muy bien como empiezan pero que desencadenan situaciones que más que dotarnos de seguridad, nos impelen a una mayor entropía. Y esto lo iremos viendo a continuación. El año 2020 si lo convertimos en dos cifras nos da 20 y 20, lo que en el lenguaje del Tarot significa que tenemos a dos Arcanos del Juicio operando a pleno rendimiento. ¿Y qué puede significar? Las respuestas son de lo más variopintas pero fijémonos en que el Arcano del Juicio nos remite, si seguimos las instancias religiosas, al Juicio Final ¿El Apocalipsis?. Vuelvo a comentar que no, no se trata del Apocalipsis bíblico, sino de confirmar, una vez más, que nos encontramos en una etapa de disolución de estructuras obsoletas y el advenimiento de una nueva conciencia tanto a nivel personal como de la Humanidad. Sin embargo este es un proceso largo y tortuoso. Es una llamada a realizar un balance, un juicio interno, de lo que hemos hecho durante todos estos años, durante nuestra vida incluso y de la responsabilidad que ello conlleva al enfrentarse a los nuevos tiempos que tocan, a los nuevos retos que la Humanidad encara. Ya no nos referimos solo a lo particular, sino que el reto envuelve a cada persona de este mundo, como célula de un cuerpo mundial herido de muerte, enfrentado a la Naturaleza y que necesita imperiosamente dejar de lado los paradigmas imperantes para empezar a vivir de una manera más global, unitaria, humanista. Pero aún hay más. Los dígitos de 2020 suman 4, El Emperador, sinónimo de poder, de territorio, de límites. En este contexto ya podemos hacernos una idea de lo que nos espera en 2020. Sin ánimo de poder ser acusado de agorero, sí que es importante tener en cuenta toda esta “constelación” de Arcanos que aparecen para el año 2020. ¿Y cómo se traduce todo ello en unas posibles proyecciones para 2020? De entrada ya estamos viviendo parte de esas influencias. Y remitiéndonos a la mirada astrológica relacionada con el Tarot, podemos realizar un ejercicio de introspección y relacionar El Mundo con Saturno, el Juicio con Plutón y El Emperador aunque habitualmente se le relaciona con el signo de Aries, para lo que aquí nos concierne bien podríamos adjudicarle funciones saturninas con lo que tenemos 2 Arcanos respondiendo a las cualidades de Saturno y otros 2 hermanados con Plutón. Y ya sabemos lo que ocurrirá en 2020, la conjunción Plutón-Saturno, lo que en clave tarológica vendría a ser la conjunción entre El Juicio y El Mundo. En una lectura tradicional de Tarot si aparecen estos dos Arcanos solemos afirmar que después de una toma de conciencia se consigue la compleción total. Bien podríamos realizar una proyección basada en estas premisas. Así 2020 visto desde esta perspectiva se presenta como un año de toma de conciencia (hay 2 Juicios), de realizar una evaluación de lo hecho y conseguido durante los años anteriores, de sacar a la luz todo lo encriptado anteriormente dando un nuevo empuje a nuestras aspiraciones. De hecho El Juicio representa una nueva conciencia, un nuevo nivel de comprensión desde el que vivir la realidad circundante, pero a estas alturas esta nueva visión se tendría que contemplar, no desde lo particular, sino desde lo grupal. Así es muy probable, y eso ya lo estamos intuyendo desde hace algún tiempo, la canalización de aspiraciones grupales cada vez más homogéneas y multitudinarias en contraposición a un auge de limitaciones de libertad impuestas por el orden establecido, ese Mundo conocido que está llegando a su fin. Las estructuras que han soportado la civilización se tambalean: “los muertos se levantan de sus tumbas”, lo que estaba escondido resurge, y lo hace con violencia (El Emperador sujeta un centro que impone). El encuentro entre El Juicio y El Mundo no supone, en esta ocasión, un romance sino un desencuentro producido por el “levantamiento” de las masas en aras de derrocar al paradigma reinante. Cada vez más vamos a observar la formación de grupos antagónicos que lucharán tanto a nivel físico como tecnológico. Internet al servicio de los “ismos”, noticias falsas, información sesgada y todo para ver “quién la tiene más larga”. Para cada persona supondrá situaciones diferentes, incluso hay quien vivirá este período con optimismo, tal vez es que “ha hecho los deberes” y se encuentra preparado para los tiempos convulsos que ya estamos viviendo y que en 2020 se mostrarán en toda su extensión. De alguna manera este período se presenta como una etapa de destrucción para construir sobre nuevos cimientos. El Emperador nos sugiere que tomemos el mando de nuestra vida, que cuidemos nuestro territorio y lo defendamos de aquellos que deseen profanarlo. El Mundo representa el principio de la realidad física, la realidad social y personal, también la estructura límite de nuestro ego, el ego cerrado en sí mismo, los valores externos, y en donde cobramos conciencia de la dureza de la vida, todo lo que se crea acaba destruyéndose para crear algo nuevo. El Juicio representa el principio de realidad psíquica, la evolución de la especie, de dejar morir lo viejo para que lo nuevo viva. Nos apela a reflexionar en qué áreas de nuestra vida morimos y renacemos. Nos obliga al cambio. Nos dirige, en ciertos casos, a momentos de introversión y soledad. Debemos tener en cuenta que si bien El Juicio a menudo se ve como una carta de resurrección, de una nueva toma de conciencia, esto se realiza a nivel psíquico y muchas veces la propia persona no es consciente de esta implicación y por lo tanto suele proyectar su sentimiento de soledad, de introspección no buscada, en los otros ya que las experiencias de “renacimiento” a menudo se suelen vivir como extremas, y así debe ser. La conciencia se va revelando “a empujones”, nunca es algo que se vive como pausado y digerible. Nos obliga a dejar una vida frívola y superficial para empujarnos a lo más hondo de nosotros. Y eso duele. Por lo tanto el binomio Juicio-Mundo nos dice que nuestras estructuras egóicas y sociales van a morir y van ser reemplazadas por otras nuevas. Este proceso no se ENCUENTRA exento de sufrimiento ya que El Emperador-Saturno adalid del poder establecido no se dejará vencer fácilmente. Por ello vamos a ser testigos de múltiples situaciones en los que se enfrentarán, ya lo están haciendo, el Viejo Orden Mundial y la Nueva Conciencia Planetaria. Este complejo laberinto no se resolverá fácilmente, tenemos tres o cuatro años de inestabilidad en los que se irán disolviendo las estructuras políticas y económicas para dar paso a un nuevo modelo de relaciones y cada uno lo vivirá desde su nivel de conciencia. Hay otra manera de verlo. Si deconstruimos 2020 en cuatro cifras nos encontramos con 2 Papisas y 2 Locos. Como bien sabemos la aparición del Loco trastoca todo lo asentado en La Papisa. Ella, toda reflexión, nutrición y cuidado, se encuentra alterada por el paso frenético del Loco, la máxima expresión de la creatividad sin estructura, de la rebeldía y, en casos extremos, la inconsciencia que arrasa con todo a su paso. Nos confirma una vez más que 2020 vendrá cargado de energías compulsivas difíciles de manejar.
Hay que dejar morir lo que tenga que morir, aunque nos cueste, para dar entrada a nuevos modos de relacionarse, de vincularse con el mundo. A escala mundana es evidente que quienes ostentan el poder, sea político, económico o científico, no se dejarán amilanar tan fácilmente, de ahí la necesidad de integrarse, de no avanzar en soledad. Apoyándose unos con otros la travesía no se vivirá tan dramáticamente.
1 Comentario
11/9/2022 11:22:09
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Francisco BenagesTarotCoach Archivos
Noviembre 2019
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