![]() El ser humano por definición anhela ser, aunque en contadas ocasiones llega a conseguirlo dado que lo que desea es “ser algo o alguien”, buscando fuera de sí mismo la solución. Llegar a ser lo que se es constituye una tarea ardua y complicada, más que nada porque pocas veces nos hacemos la pregunta correcta, o mejor dicho, las respuestas que nos damos a la pregunta ¿Quién soy yo? vienen ya viciadas de base al no saber distinguir entre lo que realmente somos y cómo nos definimos. Freud definió el ego como una especie de ficción tranquilizante. Y esa ficción es lo que habitualmente confundimos con lo que somos en realidad. Muchas de las aflicciones del ser humano y los síntomas que se toman por verdaderos problemas tienen su raíz en esa necesidad de saber que somos “alguien”, que ocupamos un lugar en el mundo y que somos únicos e irrepetibles. Nos interesa el individuo y su necesidad imperiosa de construirse una personalidad, de SER y de sentirse una identidad individualizada para poder encarar con garantías los retos cotidianos. Nos mueve esa necesidad intrínseca de tener el control de lo que nos sucede, de generar la necesaria auto-confianza y el valor de aceptar los riesgos que suponen el llegar a ser uno mismo. El Mago nos indica que podemos llegar a ser aquello por lo que estemos dispuestos a hacer. Ser y hacer, en contraposición a tener. Este dato es importante porque los intereses del individuo y los de la especie nunca coinciden por completo y el no poder ser nos pone enfermos encontrándonos la mayor parte de las veces luchando por tener en vez de intentar ser mediante el hacer. El Mago se identifica con los objetos que tiene en la mesa (pensamientos, sentimientos, creencias, deseos, recuerdos….), y parte de su tarea consiste en desarrollar la atención y la facultad de poner los cinco sentidos en todo lo que hace. Debe darse cuenta que es él quien crea el mundo que aparenta existir.
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Francisco BenagesTarotCoach Archivos
Noviembre 2019
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