Lo que denominamos Tarot Terapéutico engloba toda una serie de sistemas, métodos y lecturas destinado al desarrollo humano, podría considerarse una herramienta terapéutica individual: llega la persona portando un problema, una inquietud, una crisis, y se trabaja en base a la historia, más o menos profusa, más o menos cierta, de lo que nos cuenta el consultante; el trabajo, entonces, se dirige a paliar en la medida de lo posible las angustias de quien consulta intentando hacerle consciente de la situación y las posibles vías de solución para su circunstancia particular. Sin embargo hay una vertiente importantísima en nuestras vidas y es, precisamente, nuestro árbol genealógico. En los últimos años he estado estudiando y poniendo en práctica esta visión en la que se intenta no solo la curación o el bienestar de la persona que consulta sino algo más profundo, la sanación de su árbol genealógico.
A esta amalgama de experiencias la denomino Tarot Sistémico dado que se encuadra en el contexto metagenealógico y de la Terapia Sistémica Transgeneracional. Lo cierto es que estamos viviendo un florecimiento de la psicogenealogía y las Constelaciones Familiares derivado, quizás, de un cambio en la mentalidad de la sociedad o por un empuje del inconsciente colectivo que nos obliga a pasar de las terapias basadas en el YO a las actuaciones que engloban el NOSOTROS como sistema, como grupo. Ya Arthur Koestler mencionaba que el ser humano, cada persona, es un holón, o sea una unidad en sí misma que a su vez forma parte de otros holones de mayor entidad. Todo ello se corresponde con el conocimiento de que cada individuo forma parte y lleva a sus espaldas el peso del, digamos, holón familiar. La familia es la base desde la cual la persona se dirige al mundo y al olvidarlo durante siglos el hombre creyó quedarse solo ante el mundo, ante la vida. Al no ser consciente de todo el legado familiar que le condicionaba, por una parte el individuo perdió la conexión con sus raíces y como resultado se enajenó pensando que él era el origen y el final de todo. Ahora vuelve a reencontrarse con sus ancestros de manera consciente empujado por esa fuerza que emana desde mucho más allá y le indica que el camino que conduce hacia donde se dirige es realmente un camino de retorno al origen pasando por sus ancestros, su historia familiar, sus lealtades y fidelidades, para que se dé cuenta que parte del destino está escrito y otra parte le corresponde a él escribirlo y vivirlo. El Tarot nos lo muestra en la carta de EL COLGADO donde un hombre cabeza abajo se encuentra suspendido entre dos árboles, el materno y el paterno, y cree que nada puede hacer para desligarse de ellos. En cierto sentido la savia de esos árboles alimenta a la persona, la nutre, tanto con lo positivo como con lo negativo y así el hombre, la mujer, actúa según unos acuerdos y fidelidades inconscientes que interaccionan con los esquemas mentales inoculados por la sociedad y la cultura por lo que suponer que el ser humano es totalmente libre, o que dispone de libre albedrio (tal y como se suele entender), es mucho suponer. Sin embargo si nos fijamos bien en la imagen del Colgado intuimos que en cualquier momento, cuando él lo decida, el personaje puede deshacer el nudo que le ata al árbol de origen para hacer florecer el suyo propio. Para ello, para que su árbol se desarrolle lo más sano y fuerte posible debe haber tomado a sus ancestros, cortado con fidelidades insanas y aparte de entonces, no arrogarse responsabilidades que no le pertocan. Ha de dejar de vivir aspectos de su vida pertenecientes a algún antepasado, de compensar algún hecho o actitud procedente de su árbol genealógico. El estudio psicogenealógico nos ayuda a desvelar aquello que está obstruyendo el normal desarrollo de la persona, a ir al origen de ciertas enfermedades, a descubrir dinámicas ocultas en el proceder del individuo. Con el Tarot disponemos de un medio que conecta con el inconsciente familiar. En el arcano del Enamorado vemos una representación de la influencia materna y del árbol genealógico de origen junto al deseo de crear un árbol propio, con una pareja estable, y las dudas que ello genera. En el personaje central cohabitan los vínculos con sus raíces familiares y la necesidad de liberarse de los contratos y acuerdos inconscientemente establecidos, surge el sentimiento de culpa, de temor a no ser amado. Dependiendo de la relación que el individuo tuvo de niño con su madre es posible que de adulto sigua buscando una madre en sus relaciones de pareja. Si su madre despreció a su padre puede que él busque mujeres que le desprecien; si fue el “novio” de su mamá le resultará muy difícil mantener relaciones estables y profundas con otras mujeres… la lista es interminable lo cual apoya la idea de que la relación con la madre es básica, vital, fundamental. Y eso el Tarot nos lo recuerda en varios de sus arcanos así como las dinámicas ocultas, fidelidades e implicaciones siendo un elemento que utilizado junto al estudio del árbol genealógico y las constelaciones familiares proporciona una experiencia enriquecedora y una apertura a ese inconsciente familiar que, paradójicamente, es a la vez una bendición y una carga. Desde esta perspectiva uno de los puntos importantes a tener en cuenta en la búsqueda de significado en nuestra vida es cumplir lo que percibimos como carencias de la vida de nuestros padres, o lo que percibimos como un potencial no desarrollado, lo que podríamos denominar destino. Estas percepciones se derivan de circunstancias y vivencias que son únicas para nosotros. Como decía Carl Jung:”lo que generalmente tiene el mayor efecto psíquico en el niño es la vida que los padres no han vivido”. Así en el trabajo con el Tarot Sistémico se analiza el árbol genealógico de la persona, las circunstancias que rodean su vida desde la visión de su familia de origen. A través del Tarot se clarifica y se muestran los vínculos, contratos, nudos y dinámicas ocultas que subyacen bajo los hechos que la persona expone. También mediante este trabajo llegamos a entender el tipo de pareja que formamos, su relación con las parejas que nos preceden, las repeticiones, olvidos y fidelidades. Este sería el enfoque del Tarot Sistémico el cual permite entender conductas de las personas como respuesta a un desorden en el sistema familiar. El consultante, paradójicamente, pierde importancia a favor de una mirada y un análisis dirigido al contexto, al árbol genealógico. Es una mirada más amplia, más allá de la persona. Mediante el Tarot Sistémico contemplamos el tipo de relaciones entre los miembros de una familia a través de varias generaciones y si cada uno ocupa el lugar que le corresponde. Este tipo de trabajo es dinámico, sin recetas prefijadas. Más que nada se trata de una experiencia siempre nueva y en donde el tarólogo no dirige sino que observa y acompaña para que la experiencia resulte curativa. Es un modo de trabajar fenomenológico, donde lo que menos importa es el significado de las cartas sino lo que su visión provoca en el consultante, cómo mueve las cartas, su reacción al ir descubriéndolas, dónde las coloca y sobre todo cómo se expresa su árbol genealógico a través de los arcanos. (Extractos del libro CONVERTIRSE EN UNO MISMO-Manual de Tarot terapéutico)
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Francisco BenagesTarotCoach Archivos
Diciembre 2015
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